Llovió toda la semana y llegó el frío. Un vecino de barrio Los Paraísos dice que el viernes a la noche vio a Kike debajo del níspero que está a un costado de la canchita, rogando: que mañana no llueva, que mañana no llueva. Así fue. Hubo fobal a las once, entonces. Y a la tarde el centro vecinal estuvo repleto.
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