Fue el día más frío del año. Estuvo nublado pero eso no nos hizo retroceder. Llevábamos el sol adentro y la luz estuvo con nosotros. Porque la alegría se construye. Y así lo hicimos: hubo amigos, gente con la que hacía mucho no nos veíamos, vecinos, curiosos, gente que escribe en esta ciudad, gente que pinta, dibuja, otros que día a día tratan de hacer de este lugar nuestro un espacio más piola. ¿Cómo no íbamos a estar repletos de alegría?
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